Ahorita que estamos todos en medio de un aislamiento social fuerte, para los que todavía tenemos el lujo de poder salir al campo o a un parque, una opción es buscar sosiego en la naturaleza.
Los humanos somos animales sociales y eso de no poder dar abrazos nos cuesta mucho (sobre todo a los latinos). Una opción es reconocer que también podemos canalizar nuestro amor y cariño, no solo a las personas con quienes estamos compartiendo cuarentena si no a la naturaleza que nos rodea, ya sea grande o chica.
Si puedes salir, más que nunca es buen momento de atreverte a abrazar un árbol o una roca grande, cerrar tus ojos y sentir. Sentir que abrazas y sentir que eres abrazadx de regreso. Sentir que sueltas lo que estás cargando, lo que te pesa, lo que te da miedo y entregarlo, dejarlo ir todo en ese abrazo. Puede haber muuuuucho intercambio y mucha liberación en ese acto.
Si no puedes salir, no pasa nada, puedes hacer lo mismo y con el mismo efecto, visualizando. Simplemente busca un lugar tranquilo, cierra tus ojos, respira hondo y asiéntate en el aquí y en el ahora. Cuando sientas que ‘aterrizaste’, deja que venga a tu mente un árbol, el que sea. Disfruta su presencia y cuando sientas que es momento, abrázalo. Abrázalo y entrégate completamente al abrazo. Si lo necesitas, pídele que se lleve lo que sea que ya no quieras estar cargando e imagina que lo recibe, lo mueve a través de sus raíces al centro de la tierra y ahí se transforma en algo nuevo.
Eso ayuda a no sentirnos culpables de ‘enviar’ emociones que no nos gustan, al pobre árbol.
La práctica de la visualización puede ser igual de poderosa que la experiencia real, así que prueba cualquiera de las dos opciones para ayudarte a soltar esas cargas y así enfrentar los retos con más ligereza y paz. Y si tienes alguna experiencia que te gustaría compartir, soy toda oídos!
Con cariño,
Paula